lunes, 16 de noviembre de 2009

VERGÜENZAS por Isidora



En un sistema de capitalismo voraz como en el que nos encontramos cada vez son más las familias que al quedar en paro todos sus miembros y al acabarse los subsidios se ven avocadas a la irremediable mendicidad. Salir de casa (si después de todo tienen suerte y no se las ha quitado el banco) con la cabeza gacha, alejarse lo más que puedan para evitar que, cuando se pongan a la salida de algún supermercado a pedir limosna (quizás ayudados de una guitarra), les conozca el mínimo de gente posible. Al principio se avergüenzan de esta situación. Como si ellos tuviesen la culpa de algo. Cuando el verdadero culpable es el sistema y es contra este que hay que luchar. Pero ya rajaré del capitalismo en otra ocasión (seguro).

Ahora voy a rajar de la poca vergüenza del Ayuntamiento de Granada. Por si fuese poca la cruz que portan estas familias, ahora publican una “Ordenanza para la convivencia” en la que taxativamente prohíben que puedan mendigar por las calles. Para colmo cierto periódico habla (con mucha pena eso sí) directamente de limpieza de la ciudad. Argumenta el rotativo que el Ayuntamiento toma esta decisión para evitar conatos violentos entre, por ejemplo, los ambientes de prostitución o no tener que pagar ese “impuesto revolucionario” a los gorrillas, supongo que pensarán que es mucho mejor pagárselos a los Parking del que ellos sí pillan tajada. Aclaran a su vez que para algunas expresiones artísticas que tienen como objetivo el recoger la buena voluntad de los vecinos se pueden solicitar permisos (no dice previo pago) al consistorio granadino.

¿Se puede ser más ruin que exigir al que pide limosna?

Unas 300 personas ya se han manifestado de forma espontánea a sus puertas en la Plaza del Carmen. Muchos de ellos músicos, actores, mimos y personajes todos que el equipo de gobierno tacha de peligrosos.

Mi humilde opinión es que dejen de una vez de atacar al más pobre y para controlar los conatos violentos, ya sea en este escenario o en otro están las fuerzas de orden público. Que para eso les pagamos, no para otras cosas.

En esta situación más me avergonzaría ser el Alcalde de Granada que mendigo.